La Esencia De La Exhortación Al Recuerdo De La Impermanencia - Por Kyabje Pabongka Rimpoche

¡Eh! ¡Vosotros!
¡Oh compasivo Lama mio, mira mi conducta miserable!
¡Mira con tu compasión hacia mí que, desalmado, me he engañado a mí mismo en la vida!
Y ahora, pensando (en mi penosa situación) en secreto voy a hablar de corazón, reteniendo dentro de mí éstas enseñanzas esenciales.
¡No te distraigas!, ¡No te distraigas mente de éstos pensamientos!.
Desde tiempos inmemoriales hasta ahora, en ésa rueda de los infinitos renacimientos de la existencia condicionada, sólo he experimentado un ir y venir de la felicidad al sufrimiento en reinos de fortuna y de dolor.
No he sido capaz de llevar a cabo ni siquiera la cosa más pequeña que fuera de auténtico interés para mí.
Hoy, aunque he obtenido éste precioso cuerpo humano, difícil de conseguir, ya he desperdiciado mucho de mi tiempo en aciones sin sentido y he reducido mi vida a una cosa vacía.
Ahora, si deseo verdaderqamente mi bien, éste es el momento oportuno para extraer la esencia de ésta vida que consiste en la práctica espiritual.
En el mundo podemos parecer inteligentes, capaces y con muchos recursos, pero en realidad solo somos unos tontos, somos como niños atraidos por el juego.
Llegará el momento en que de improviso seremos aplastados por el terible señor de la muerte. Nuestra mente, exhausta e incapaz de aguantar. Mientras tanto estamos pensando:”Seguro que moriré, pero de momento (por algún tiempo) no voy a morir”, el espantoso señor de la muerte se acerca.
Llegará el momento en que diremos:”Estoy a punto de morir”. Mientras tanto nos debatimos entre nuestrosobjetivos diciendo:”Mañana, mañana”, hoy mismo podría llegar el momento en que de improviso seremos obligados a marchar.
Llegará el momento en que habiendo terminado nuestras acciones, no habiendo acabado de comer, no habiendo acabado de beber, dejaremos cada cosa incompleta y sin ninguna elección nos tendremos que ir.
Llegará el momento en que caidos como el viejo tronco de un árbol, yaceremos por última vez sobre nuestro lecho.
Tenderemos las manos a nuestros queridos y nos cogeremos a sus vestiduras.
Llegará el momento en que nos pondremos la ropa por última vez y a pesar de estar envueltos en ella, nos transformaremos como tierra en polvo y por primera vez nuestro cuerpo será visto como un cadaver.
Llegará el momento en que, dictando nuestro testamento con voz triste y sufrida hablaremos por última vez; después, aunque deseemos decir alguna cosa y en ese miserable estado nos esforcemos, nuestra boca estará completamente seca, y aparte de algunos gestos, no conseguiremos decir nada.
Estaremos así sumidos en gran tristeza.
Llegará el momento en que llegue a dejarse en la boca la última comida y algunas medicinas y sustancias bendecidas con la última esperanza de salvarnos; no conseguiremos ni siquiera tragarlas y se quedarán en la boca de nuestro cadaver.
Llegará el momento en que por última vez estaremos junto a nuestros amigos más entrañables que amablemente nos rodearán y se afligirán por nosotros. Llorando, no dispuestos a dejarlos, tendremos que separarnos de ellos para siempre.
Llegará el momento en que olas terribles de visiones engañosas nos inquietarán. Estaremos atormentados por las más atroces e insoportables enfermedades y no habrá nada más que hacer por nosotros. En ése miserable estado las apariencias de ésta vida se devanecerán.
Llegará (en ese momento extremadamente importante para nuestro futuro) nuestro Maestro espiritual empujado por su gran compasión que no tolera vernos sufrir, y apelará a la mente virtuosa que hay dentro de nosotros, nos susurrará al oido con gran amor mantras y consejos, y recitará textos sagrados, pero en ése momento no seremos siquiera capaces de pensar.
Llegaráel momento en que nuestra voz, en el estertor de la muerte se debilitará cad véz más. El ir y venir de nuestra respiración cesará como al romperse una cuera de guitarra y el último acto de nuestra vida será cumplido.
Llegará el momento en que nuestro cuerpo, del que hacemos tesoro y cuidamos con gran esmero será llamado el “cadáver desagradable y maloliente” de una persona.
Llegará el momento en que éste cuerpo que ni siquiera soporta sentarse en un rudo banco, será extendido sobre la piedra dura con los brazos y piernas atados con cuerdas para ser cortados en pedacitos (1).
Llegará el momento en que éste cuerpo, que no soporta el pinchazo de una espina será cortado en mil pedazos.
Llegará el momento en que nuestro cuerpo, que ni siquiera soporta las picaduras de pulgas y piojos será completamente devorado por perros y buitres.
Cada vez que nos cae polvo en la ropa lo sacudimo, pero llegará el momento en que seremos quemados sobre una pira de madera.
Llegará el momento en que éste cuerpo que ni siquiera soporta el fuego de un incienso será quemado en el centro de una gran hoguera.
Llegará el momento en que la carne y los huesos de éste cuerpo serán deshechos por las llamas ardientes hasta que todo se queme y no quede nada aparte de un puñado de cenizas.
Llegará el momento en que éste cuerpo que no soporta ropas pesadas, será sepultado bajo una capa de tierra en una estrecha fosa.
Llegará el momento en que a nuestro bonito nombre recibido al nacer, será añadido el de “difunto” que certificará nuestra muerte.
Llegará el momento en que nuestros queridos y nuestro círculo de amigos llorarán y darán gritos de desesperación.
Llegará el momento en que nuestras ropas y nuestras riquezas serán repartidas y no quedará nada, dispersandose en todas direcciones.
Llegará el momento en que, solos y llenos de desesperación tendremos que ir al estado del Bardo, entre muerte y renacer.
Llegará el momento en que los cuatro elementos caerán sobre nosotros como cuatro enemigos espantosos.
¿Que seré capaz de hacer en el Bardo cuando tenga la ilusión de ser aplastado por grandes montañas y de hundirme en grietas que se abren en las montañas?
¿Que seré capaz de hacer cuando mis oidos y mi corazón estén aturdidos por el rumor del gran fuego ardiente?
¿Que seré capaz de hacer cuando tenga visiones espantosas como la de ser envuelto en el viento intenso y penetrante del fin de la era?
¿Que seré capaz de hacer cuando sea arrastrado por el violento viento de mi karma y sumergido en la oscuridad espantosa?
¿Que seré capaz de hacer cuando en plena desesperación despues de ser arrastrado con cuerdas, sea arrastrado por los mensajeros de la muerte?
¿Que seré capaz de hacer cuando los verdugos de mi karma con varios y malvados rostros como el de toro, se muestren con nueve expresiones diferentes?
¿Que seré capaz de hacer cuando mis acciones negativas y positivas sean pesadas en presencia del rey de los yama, señor de la muerte?
¿Que seré capaz de hacer? ¿Podré quizás engañar con burdas mentiras a Yama después de haber actuado en la vida empujado por odio, apeh¡go y engaño?
¿Que seré capaz de hacer cuando sea enviado al palacio de justicia del señor de la muerte y cuando ése cuerpo mio infernal, creado por mis aciones malvadas sea cortado en pedacitos?
¿Que seré capaz de hacer cuando sea arrojado, todavia vivo, sobre la plataforma de hierro candenye que está en medio del fuego del infierno?
¿Que seré capaz de hacer cuando, cortado en pedazos por una lluvia de espadas, no muera sino que tenga que sufrir hasta el infinito?
¿Que seré capaz de hacer cuando cocido en el bronce fundido hasta que mi carne y mis huesos se disuelvan, todavia no muera sino que tenga que sufrir hasta el infinito?
¿Que seré capaz de hacer cuando mi cuerpo sea una sola cosa con las llamas y todavia no muera?
¿Que seré capaz de hacer cuando mi cuerpo se resquebraje en miles de grietas sometido al gran frio de los infiernos helados?
¿Que seré capaz de hacer cuando caido en los reinos miserables del hambre y la sed de los espíritus hambrientos, esté hambriento y sediento por un tiempo infinito?
¿Que seré capaz de hacer cuando habiendo renacido animal desafortunado y estúpido vaya buscando comida de aquí para allá todo lo que dure la vida?
¿Que seré capaz de hacer cuando el insoportable sufrimiento de los reinos inferiores recaiga directamente sobre mí?
Ahora, si comprendes que ésto es lo que ocurrirá, ¡no te distraigas, sino muévete!.
Ahora ha llegado el momento oportuno para llevar a cabo lo que tiene sentido. No solo éste es el momento sino que tal vez ya es demasiado tarde.
Ahora, ahora, decicate deprisa a la práctica espiritual.
Sigue complétamente los dos excelentes senderos del Sutra y del Tantra cuya esencia se contiene en lo textos escritos y explicados por el Gran Lobsang Gyalwa (Tsong Khapa) que constituye la tradición oral del bondadoso y único padre Lama.
Cada dia practica intensamente la esencia del interés supremo por realizar el beneficio propio y el de los demás.
Esfuérzate con cuerpo, palabra y mente unificados en la práctica espiritual porque no es seguro quien será más rapido: tú o la muerte.
(1) en Tibet, habia la costumbre de dar el propio cadáver somo comida para pájaros y animales salvajes, haciendo así la última ofrenda.

0 que dicen...:

Publicar un comentario