En el Budismo Mahayana, la palabra Paramita describe aquellas virtudes o perfecciones que deben de cultivarse para purificar el karma y poder vivir una vida sin obstáculos en nuestro camino hacia la Iluminación. En la tradición Budista se reconoce la existencia de 6 Paramitas principales, que son la Generosidad, la Recta conducta, la Paciencia, la Diligencia, la Concentración y la Sabiduría. En este escrito vamos a hablar brevemente de la Paramita de la Paciencia.
Para entender las Paramitas y su gran potencial benéfico hay que entender también el origen y funcionamiento de las emociones conflictivas, venenos mentales o “kleshas”, que son la causa de la ofuscación de la mente y el sufrimiento del ser humano. En el Budismo Mahayana se considera que existen tres emociones conflictivas o kleshas principales, que son el deseo o apego, la cólera o aversión, y la ignorancia. De estas tres emociones la Paciencia está íntimamente relacionada con la emoción conflictiva o klesha de la cólera o aversión, que es considerada además la más destructiva y potencialmente dañina de las tres emociones conflictivas.
La cólera o aversión es una emoción perturbadora que expresa una reacción ante una sensación de peligro, de miedo, de bloqueo o de aprisionamiento. Mediante la cólera identificamos algo o alguien en el mundo exterior como potencialmente destructivo o como un obstáculo en nuestro camino, así que la emoción de la cólera lo que en realidad busca es libertad, queremos liberarnos de ese obstáculo o peligro que percibimos en el mundo exterior, queremos quitarnos de encima ese algo o ese alguien que nos produce el sentimiento de aversión, y en el fondo lo que buscamos mediante la cólera es paz, porque esos enemigos y obstáculos que nos causan aversión son los que no nos permiten tener paz en nuestro interior, o al menos así lo percibimos bajo la influencia de la emoción conflictiva de la cólera. Esta percepción de que hay algo ahí afuera que nos impide estar en paz y sentirnos libres es la esencia de la cólera, y esta percepción ofuscada de la cólera es la causa de la consiguiente reacción emocional de ira, enfado, agresividad, odio, resentimiento y todas las emociones conflictivas que están relacionadas con esta klesha o veneno mental. Sentimos cólera o aversión porque proyectamos nuestra falta de paz y de libertad fuera de nosotros mismos, y creemos ilusoriamente que para conseguir esa paz tenemos que eliminar algún obstáculo o algún enemigo en el mundo exterior. Pero este es el error principal de la cólera, el error está en pensar que la falta de paz o de libertad que experimentamos en nuestro interior es debida a algo o a alguien que están ahí afuera, o bien a causas externas a nosotros mismos.
Buda nos enseña que la percepción de la mente que está dominada por la emoción conflictiva de la cólera es en realidad una visión completamente deformada de la realidad, porque la experiencia de lucha, de conflicto, y el sentimiento de opresión y la consiguiente respuesta emocional de ira o de aversión no están ahí afuera, están dentro de nosotros mismos, hay una lucha y un bloqueo en nuestro interior, esa falta de paz y de libertad está en nosotros, no es causada por nada o por nadie fuera de nosotros mismos, y esta visión ciega, ofuscada, como si estuviéramos en un túnel, nos impide entender la causa de nuestro sufrimiento, y también nos impide tener una comprensión del sufrimiento de los demás, y nos impide sobre todo sentir compasión por los demás, porque en la mente colérica no hay espacio alguno para poder tomar conciencia del sufrimiento de otros, en el estado colérico no hay ninguna comprensión del otro, no hay compasión hacia el otro, ni tan siquiera hay tolerancia y consideración por el otro, por eso la cólera o aversión es considerada la emoción conflictiva potencialmente más destructiva y dañina, porque el estado colérico de la mente es totalmente ciego, y en ese estado de ofuscación de la mente podemos hacer cosas que no haríamos nunca en los momentos en los que no estamos bajo la influencia de esta emoción conflictiva.

En contra de lo que se suele pensar, la Paciencia es la que nos brinda la mayor fortaleza, porque cuando alguien ha sabido cultivar la capacidad de aceptación y de comprensión se vuelve imperturbable; la ausencia de cólera que representa la Paciencia no es ni mucho menos un estado de vulnerabilidad, sino que es un estado de fuerza y de poder; por el contrario es la cólera la que nos hace vulnerables y nos debilita, mientras que la Paciencia nos da la fortaleza y la sensación de paz y libertad que precisamente buscábamos erróneamente a través de la cólera; la única forma de superar y vencer esos enemigos y esos obstáculos, dificultades o problemas que percibimos en el mundo exterior es precisamente cultivando una mente paciente, serena, comprensiva y compasiva hacia los demás, es decir cultivando precisamente la ausencia de cólera a través de la Paramita de la Paciencia.
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