La impermanencia.

Buda dijo:
“Lo que ha nacido morirá, lo que se ha recogido se dispersará, lo que se ha acumulado se agotará, lo que se ha construido se derrumbará y lo que ha estado en alto descenderá.”
La intolerancia a la impermanencia, lleva al dolor por medio del apego. Todo pasa, nada puede retenerse o guardarse celosamente. Por más que  se intente detener algo, en algún momento muere.
Cuando las cosas andan mal, cuando las cosas no son como se espera, es mejor esperar a que pase, en el silencio de humildad, en algún momento pasará, mientras más dispuesto se está  a que pase, pasa.Las tormentas a veces son tan intensas  y muchas veces uno piensa que ese es el fin, pero no es así después de un tiempo vez que ha  terminado, dándo una  nueva oportunidad.
Cúantas cosas ya han pasado a lo largo que se ha vivido?  y cúantas veces  se piensa que  esto no era posible. Cúantos amores nos quitaron el sueño y sin embargo ese dolor paso y después de ese amor, sin darse cuenta  llegaron otros nuevos amores que nos han devuelto la vida. Y esto ha sido así  en los diferentes roles de nuestra vida.
Cuando  las cosas se ven   oscuras o en tinieblas, es mejor sumergirse en lo bello o ir  a la  ayuda de alguien que lo necesite, dar es maravilloso y renovador a nuestro interior. Que sensación más hermosa es cuando ayudas a alguien y  ese alguien te regala una sonrisa  o puedes contemplar  unos ojos brillantes de alegria, hay muchas cosas a nuestro alrededor que nos necesita, es mejor ir en busca de aquello que quedar sintiendo dolor o tristeza de uno mismo.
A veces se podría pensar, que cosa buena podemos dar  si  estamos mal? cuando se da y vas sintiendo esa fuerza maravillosa del dar, es cuando sin darse cuenta una parte hermosa se abre, esa parte que muchas veces desconocemos y en estos precisos instantes lo descubres y te encuentras con la parte más bella de tu ser. Y ese sentimiento te va haciendo un intercambio de sentimientos, donde la tristeza el dolor se va transformando en Amor y Alegría y ese dolor se va olvidando sin darse cuenta. Y esto nos ayuda a volver a encontrarnos.
Las huellas y las heridas se van curando, a veces mucho más pronto de lo que uno piensa. Y sólo queda el recuerdo que nos  muestra que  hemos aprendido y que una parte de nosotros a crecido. Lo mejor es aceptar y dejar fluir lo que debe fluir.

0 que dicen...:

Publicar un comentario