Bondad y Amor.

“Desde el momento en que nacemos, dependemos del cuidado y la bondad de nuestros padres, y en los últimos años de nuestra vida, cuando estamos agobiados por la enfermedad y envejecemos, volvemos a depender de la bondad de los demás. Si al principio y al final de ella dependemos tanto de la bondad de los demás, ¿cómo puede ser que en la mitad de nuestra vida olvidemos ser bondadosos con quienes nos rodean?”.
Cuenta una historia…
Que a un anciano maestro le gustaba pasearse por la noche por las calles del pueblo. Un día oyó unos profundos lamentos que venían de una casa. Entró suavemente y se dio cuenta de que el padre había muerto y de que la familia y los vecinos lloraban. Se sentó y lloró con ellos. Un anciano le vio y observó con sorpresa que el maestro lloraba y le dijo:
Maestro, creía que usted, al menos, estaba por encima de estas cosas  y el maestro le dijo, “Es precisamente esto lo que me coloca por encima de ellas” terminando con un suspiro.
Cuando se tiene compasión, bondad y empatía,  la felicidad del otro se convierte en nuestra felicidad y nuestra felicidad se convierte en la del otro. También así su dolor o su tristeza. No se puede ser feliz intentando de ignorar el dolor del otro y viviendo en soledad.

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